En el contexto de posicionamiento del municipio de Montería, en Colombia, como una biodiverciudad referente en América Latina y el Caribe, trabajamos en el proceso de renovación urbana del centro de Montería, con el Laboratorio de Ciudades del BID y la Secretaría de Planeación de la ciudad. El objetivo fue desarrollar un proceso participativo de consulta y aportes de la ciudadanía para el codiseño de un anteproyecto para la Calle 36.

Se implementaron metodologías centradas en las personas para el diseño urbano, las cuales incluyeron actividades de participación directa y recolección de información sensible. El proceso participativo buscó sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la biodiverciudad y el acceso a los espacios públicos. Se llevaron a cabo talleres y reuniones digitales con la comunidad local y se organizó un Festival de BiodiverCiudad y un pop-up en el espacio público. Se desarrollaron indicadores de mejora social, urbana y ambiental, así como un plan de medición, para identificar el impacto de la intervención futura en la propuesta.

El anteproyecto consiste en una calle compartida, un espacio público de convivencia que organiza distintos usos a través de texturas y dibujos en el suelo, permitiendo la convivencia de diferentes programas, desde circulación vehicular, peatonal y ciclovía, ordenamiento vial (estacionamiento y carga y descarga) hasta espacios de vegetación, sombra y comercio. El proyecto se desarrolló para un sector específico de la Calle 36 en Montería, pero tiene la vocación de convertirse en un piloto para su extensión a lo largo de la calle y conectar con otros espacios. La implementación y monitoreo del proyecto son claves para replicar su metodología y soluciones en el resto de la ciudad, con el fin de lograr la integración de la biodiversidad en el tejido urbano.